"Homenajear a un Maestro (Arturo Díaz Bravo), en la genuina acepción del vocablo, es una de las iniciativas que, con indescriptible orgullo, más nos debe colmar y honrar, porque de una u otra manera, in partis, espontáneamente nos permite 'retornar' algo de lo que, en vida, copiosamente recibimos de él en nuestra humilde condición de discípulos y de admiradores incondicionales, al mismo tiempo que nos permite rendir privilegiado testimonio a la comunidad científica en tomo a su valía, a su vocación, a su entrega, probidad intelectual, sacrificio, pasión y, en general, del significado de su obra." [ ... ] [ ... ] Al fin y al cabo fue uno de los más influyentes y autorizados académicos en la esfera del Derecho privado, muy especialmente en el campo del nobilísimo Derecho de seguros, en el que brilló con luz propia, convirtiéndose en faro de diversas generaciones y en fiable guía de estudiantes y de profesionales que, con avidez, a él acudían en consideración a su sabiduría, a sus doctos consejos, e ilustración, bien de modo directo y personal, o mediante la lectura y análisis de sus obras jurídicas, de suyo aquilatadas, a la par que enjundiosas, las que seguirán editándose, en muestra de la vigencia de su preclaro pensamiento y de la fertilidad y agudeza de sus ideas.