La defensa ecologista de un desarrollo sostenible parte de la premisa de que el crecimiento no puede ser ilimitado, apuntando a una distinción clara y tajante entre crecimiento y desarrollo, y denunciando la confusión que suele darse entre bienestar e incremento cuanti tativo de bienes. Optar por el desarrollo frente al crecimiento exige un cambio drástico en las pautas de producción, distribución y consumo, y excluye la posibilidad de asignarle ...