Por su naturaleza, los desastres son difíciles de prever. Pero hoy deberíamos estar mejor preparados contra las catástrofes de lo que lo estaban los romanos cuando estalló el Vesubio o los italianos medievales cuando golpeó la Peste Negra. Después de todo, nosotros contamos con la ciencia. Sin embargo, la respuesta de la mayoría de los países desarrollados ante un nuevo patógeno de origen chino fue más bien chapucera. ¿Cómo fue posible? Si bien l...