El arte, en la narrativa de Santiago Gómez, es edificado con la naturalidad de quien aborda con convencimiento que las formas inéditas pueden ser la realidad misma o que el entrelazamiento de los diálogos, gran parte de ellos mientras los personajes caminan o están dentro de un vehículo en movimiento, precipita preguntas, sirve para compartir pasajeras experiencias sexuales, para fumar un porro de marihuana o buscar a un amigo de andanzas. En tod...