La historia de lo que hemos llegado a ser y a pensar, los referentes en virtud de los cuales nos concebimos a nosotros mismos como sujetos morales, son apenas la punta visible de un iceberg que se ha abierto paso en medio de movimientos telúricos insospechados. Se ha sostenido incansablemente -sobre todo al interior de ciertos discursos humanistas- que el refinamiento en las costumbres del hombre moderno y el evidente progreso de la civilización ...