Nuestros cerebros son ruidosos; ciertas regiones insisten en actividades involuntarias como soñar despiertos, preocuparse por el futuro o conversar consigo mismo, actividades que ocupan hasta el 47% de nuestro tiempo de vigilia. Esto es la divagación mental, y si bien puede desviar la atención del presente y contribuir a la ansiedad y la depresión, el neurocientífico cognitivo Moshe Bar nos desvela las potencialidades que hay detrás de esta apare...