De lo único que puede acusarse al novelista español Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920) es de haber hecho más cosas y haberlas hecho todas bien: trabajó bajo un máximo de tensión creadora, inventando y escribiendo, año tras año, una tras otra, novelas de una riqueza y una ambición narrativa que no existían en español desde el Quijote. Se generó, merecidamente, el prestigio de ser una de las mejores firmas de la esc...