Una de las estrategias de evaluación que en los últimos tiempos se está acercando a nuestras instituciones de formación, independientemente del nivel educativo en el cual nos desenvolvamos, de los contenidos a los cuales nos refiramos o de que la enseñanza se realice de una forma presencial, a distancia, soportada en redes telemáticas, o mediante la combinación de acciones presenciales y virtuales, o que se refieran al docente o al discente, son los portafolios.Su utilización en la educación es de fecha reciente y suponen algo más que un simple repositorio de los trabajos más significativos realizados por el profesor o el alumno; contienen una selección de los más relevantes, tanto desde el aspecto positivo como del negativo, permiten obtener una visión cronológica de las actividades realizadas por una persona o institución, e implican una reflexión sobre la actividad realizada.La utilización de las herramientas de la web 2.0 está permitiendo la creación de portafolios electrónicos que nos facilitan la organización de los materiales y su exposición a otras personas.En la obra se analiza su definición, sus ventajas e inconvenientes, sus tipos, su ubicación para la evaluación del docente y discente, los criterios que se pueden movilizar para la evaluación del portafolio y la forma de aplicar las rúbricas.