Desde aquel día, no hace tantos años, en que Allan Karlsson saltó por la ventana de la residencia de ancianos y se lanzó a vivir toda suerte de aventuras con la avidez de un jovenzuelo, el mundo ha sufrido una transformación tan radical que buena parte de la Humanidad está sumida en el desconcierto y la confusión. Ante tal estado de las cosas, un espíritu inquieto y una mente libre de prejuicios, por no mencionar su fértil imaginación, son las me...