Tanto los hombres como las mujeres poseemos un arma formidable que nos permite cautivar a las demás personas y tenerlas a nuestra merced. Sin embargo, no todos han sabido sacar provecho de esta capacidad. Allí donde la fuerza bruta no tiene cabida, resulta inútil o es socialmente inaceptable, la seducción se convierte en una herramienta invaluable. La seducción nos permite lograr casi cualquier cosa: conquistar a la persona amada, ganarnos el apr...