Todo empezó por querer leer un buen libro…
¿Era mucho pedir? En 1935, de camino a Londres, Allen Lane se detuvo en un andén del ferrocarril para buscar algo interesante que leer durante el viaje. La oferta se limitaba a revistas populares y libros en tapa blanda de mala calidad. La desilusión y el posterior disgusto de Lane ante los títulos disponibles lo llevaron a inventar el libro de bolsillo, a fundar una empresa -y a cambiar el mundo.
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