Mispies descalzos tocan el jardín del Alba. He pasado por este lugar tantas vecesque podría describirlo de memoria, rodeado de rosas blancas y frías como lanieve en el invierno, con pétalos aromáticos, delicados y muy finos; todas muysimilares entre ellas, pues a pesar de tener diferencias, no son nada más quepequeños detalles irrelevantes alrededor de su apariencia.