"Entre los aciertos del libro se encuentra el haber elegido a un narrador – protagonista que va contando en primera persona lo que va sucediendo en su vida. Esto permite a los lectores construir desde las primeras páginas una relación de cercanía y complicidad con el personaje principal, lo que nos conecta irremediablemente con lo que le irá sucediendo. Por si esto fuera poco, el autor decide que el personaje principal comparta con él muchas características esenciales: se llaman igual, viven en la misma ciudad, tienen la misma edad, hacen el mismo deporte, etc. Es irrelevante si lo que leemos es un testimonio fidedigno de algo que ocurrió, si se trata de auto ficción o una historia por completo fabulada, pero esa decisión, acompañada de una buena pluma, permite que se logre uno de los principales objetivos que tiene un buen texto literario: que le creas. En el mundo construido por el autor no dudas un segundo de que todo lo que ahí está escrito - así sea improbable o desconcertante - está ocurriendo mientras lo lees. - Alberto de Belaunde"