En nuestro civilizado mundo, cuando necesitas dinero vas al banco y pides un crédito. Si no te lo conceden, das media vuelta y te vuelves para casa, cabizbajo, pensando que las cosas están muy mal, que el crédito no fluye ... O no. Hoy quizás ya no. Quizás hoy, cuando te nieguen el crédito no volverás a casa con el rabo entre las piernas. Quizás hoy mirarás al director de la oficina a los ojos, pondrás las cartas sobre la mesa y le dirás que eres...