Al psicoanálisis se le considera, habitualmente, como una práctica reservada para los intelectuales. Se trata de hablar, de pensar, pero el cuerpo quedaría por fuera. Esta perspectiva es un prejuicio. El descubrimiento que Freud hizo del inconsciente fue posible gracias a su encuentro con la histeria. Y lo que define la histeria es el síntoma en el cuerpo. Para confirmar este argumento se puede partir de un postulado de base. El psicoanálisis no se ocupa de otra cosa que de los enigmas del cuerpo. La definición freudiana de la histeria lo pone en evidencia, es decir, lo que caracteriza al síntoma histérico es que no sigue las leyes de la anatomía. Es por falta de respuesta científica, dada por la neurología, en la época de Charcot, que la histeria crea las condiciones de emergencia de un nuevo discurso, el discurso analítico. Lo que se trata de plantear es la concepción que el psicoanálisis hace del cuerpo y, fundamentalmente, cuáles son los efectos posibles de una práctica basada en la palabra sobre el cuerpo.El descubrimiento que Freud hizo del inconsciente fue posible gracias a su encuentro con la histeria. Y lo que define la histeria es el síntoma en el cuerpo. Para confirmar este argumento se puede partir de un postulado de base. El psicoanálisis no se ocupa de otra cosa que de los enigmas del cuerpo. La definición freudiana de la histeria lo pone en evidencia, es decir, lo que caracteriza al síntoma histérico es que no sigue las leyes de la anatomía. Es por falta de respuesta científica, dada por la neurología, en la época de Charcot, que la histeria crea las condiciones de emergencia de un nuevo discurso, el discurso analítico. Lo que se trata de plantear es la concepción que el psicoanálisis hace del cuerpo y, fundamentalmente, cuáles son los efectos posibles de una práctica basada en la palabra sobre el cuerpo.Lo que se trata de plantear es la concepción que el psicoanálisis hace del cuerpo y, fundamentalmente, cuáles son los efectos posibles de una práctica basada en la palabra sobre el cuerpo.