Dejar ir es como el cese repentino de una presión interna o la caída de un peso. Va seguido de una sensación de alivio y ligereza, y de un aumento de la felicidad y la libertad. Imagina lo maravilloso que sería poder experimentar esa liberación todo el tiempo, en cualquier lugar y ante cualquier suceso. Podrías controlar cómo te sientes y dejar de estar a merced de las circunstancias, o de otras personas y de tus reacciones a ellas. En este diari...