Leer este Eunuco me coloca una enorme sonrisa en el alma, al tiempo que, con siglos de diferencia, me trae y me lleva. Me lleva a las fórmulas clásicas del teatro latino, con sus comedias de final feliz, llenas de personajes tiernos y arquetípicos, que tratan de divertir, y, a la par, trasmitir moralizante s enseñanzas. Pero también me trae, de forma casi inconsciente, por no decir empujada, a las realidades de la España que me toca vivir en el d...