Estas páginas hablan del misterio de la vida, del amor y la muerte. Hablan también de la desmesura y de la búaqueda infructuosa de respuestas a los interrogantes principales del hombre; hablan de sus carencias y deseos. Para la autora, el rostro de la vida es una hoguera. La vida palpita y se consume cual leño en el hogar. Arde a influjo de los fuegos despertados por el eros, se inflama, crepita, tiembla y desfallece ante los embates de la sombra...