A mediados de la década de los sesenta, tres jóvenes sacerdotes españoles, inconformes con el régimen franquista, optaron por unirse a los movimientos revolucionarios en América Latina. Trabajaron en parroquias de Bogotá y Cartagena, hasta que fueron deportados por sus actividades subversivas. Regresaron clandestinamente a Colombia para incorporarse al incipiente Ejército de Liberación Nacional (ELN) en cuyas filas había muerto su héroe, Camilo T...