Nadie pone en duda la voracidad de la tecnología. Tampoco que, de la mano de la industria, el mercantilismo y las nuevas ideas filosóficas y sociales, que la acogen como un nuevo maná, acosan al ser humano y lo despojan de sus valores ancestrales. Con gritos, en ocasiones angustiosos, filósofos, sociólogos y humanistas denuncian el estado de desnudez del ser frente al potente brazo armado del conocimiento técnico. El grado de madurez que ha alcan...