Mi peor error fue mirarlo a los ojos mientras agonizaba. Uno nunca debe mirar a los ojos al que está matando, porque ahí es cuando llega el remordimiento, el arrepentimiento y la culpa. Ese man iba a violar a mi hermana. Yo no me di cuenta por boca de ella; a mí me contó un amigo que la defendió al oír los gritos y el escándalo. El man la atacó por la espalda, y le puso una navaja en la garganta. La llevaba a un potrero. Mi amigo le metió una pat...