Cada instante de la vida de los hombres sintetiza su historia singular e irrepetible. No es posible vivir sin que en cada momento seamos la totalidad de lo que hemos construido, pues no somos otra cosa que la suma, siempre provisional hasta la muerte, de nuestros actos. Hay momentos especiales que revelan nuestra fuerza y nuestra debilidad y que son síntesis de lo vivido y anuncio de lo que seremos. Entre los momentos de nuestra vida hay algunos en los que, sin remedio, decidimos nuestro destino. No solo porque en nosotros se anuncia la libertad, sino también nuestra pertenencia a la historia de los hombres. Voluntad y necesidad son nuestra esencia. Aunque en cada vida existen momentos singulares, lo que aquí haremos, con confesada arbitrariedad, será dedicarnos a algunos en los que los hombres hicieron la historia. La intención de estas páginas, es la de recobrar instantes peculiares - luminosos como insinúa el título- que inciten a sumergirnos en vidas que, como todas, están asistidas por la voluntad y la fuerza de las circunstancias. A los instantes luminosos de los hombres los asiste lo inevitable de su debilidad y lo imprevisible de su fortaleza.Entre los momentos de nuestra vida hay algunos en los que, sin remedio, decidimos nuestro destino. No solo porque en nosotros se anuncia la libertad, sino también nuestra pertenencia a la historia de los hombres. Voluntad y necesidad son nuestra esencia. Aunque en cada vida existen momentos singulares, lo que aquí haremos, con confesada arbitrariedad, será dedicarnos a algunos en los que los hombres hicieron la historia. La intención de estas páginas, es la de recobrar instantes peculiares - luminosos como insinúa el título- que inciten a sumergirnos en vidas que, como todas, están asistidas por la voluntad y la fuerza de las circunstancias. A los instantes luminosos de los hombres los asiste lo inevitable de su debilidad y lo imprevisible de su fortaleza.La intención de estas páginas, es la de recobrar instantes peculiares - luminosos como insinúa el título- que inciten a sumergirnos en vidas que, como todas, están asistidas por la voluntad y la fuerza de las circunstancias. A los instantes luminosos de los hombres los asiste lo inevitable de su debilidad y lo imprevisible de su fortaleza.