Uno de los clásicos temas del procesalismo es el de la relación entre el juez y la prueba. En esta obra, que se posiciona en la polémica actual entre el garantismo y la eficacia del proceso, se logra alcanzar el punto de equilibrio entre ambas posturas, en virtud del cual es posible permitir cierta iniciativa probatoria del juez sin comprometer ni el principio dispositivo (en el proceso civil) ni el acusatorio (en el penal), sin vulnerar la neces...