Dostoievski tenía cuarenta y cinco años cuando escribió este libro. En él, volcó muchas de sus experiencias personales en los balnearios alemanes de Wiesbaden, Baden-Baden o Homburg, que eran a la vez los grandes centros del juego, muy frecuentados por los rusos en sus viajes por Europa. Al volcar esas vivencias en su novela, Dostoievski quería liberarse de tan duros recuerdos; pero El jugador no solo retrata a ese alter ego ruso sin recursos aun...