Oreste Donadío, tiene cristal y fuego en su corazón, y su alma de niño y de adolescente, tal vez muy tempranamente herida por soledades y ausencias, le hizo un hombre corto en las palabras y largo en las escuchas; le hizo sensible a esa otra dimensión poblada de misteriosas presencias o aún mejor habitada por la presencia misteriosa: dolencias y éxtasis vivir los resuelve ahora en poemas. Sus poemas son también fuego y cristal, lo devorador y lo...