Desde la Reforma hasta el estallido de la revolución francesa, cambios radicales afectaron la vida económica de Europa, que dieron como resultado tendencias opuestas a las imperantes en los tiempos del feudalismo. A partir del siglo XVI, los conceptos e instituciones que hasta entonces parecían inmutables comenzaron a evolucionar vertiginosamente: la ciencia ganó cada vez más terreno sobre la religión, la idea del progreso se impuso a la creencia...