Aunque pueda parecer sorprendente, casi una contradicción en sus propios términos, la «nada» —la, en principio, ausencia de contenidos— es un concepto extremadamente rico y complejo desde el punto de vista científico. La «nada» —convertida de la mano de los matemáticos en el «cero», y en el «vacío» de la de los físicos y filósofos— posee, en efecto, una larga historia, una historia que, además, se enriquece continuamente. El aparentemente humilde...