La lectura meditada y serena de este texto fue para mí un regalo maravilloso de espiritualidad. También recibí, como plus, una cátedra del carisma pedagógico de la tradición franciscana, enriquecida por San Buenaventura y un sinnúmero de intelectuales solventes, tanto frailes como laicos. Todos comprometidos con el noble arte de educar....