Una suave brisa agita las flores de los sietecueros y con ello la memoria. Esta obra nos transporta a un Medellín que sólo hoy existe en la mente de la generación que lo vivió y que habitó en las amplias y señoriales casas, en donde la vida familiar creaba historias y personajes que difícilmente sobreviven en la actualidad. Es también la mirada de una joven y valiente enfermera, testigo en primera línea del nacimiento de la "nueva medicina", y de la muerte y la violencia de los años ochenta, producto de la descomposición de una sociedad permeada por el narcotráfico y el terrorismo. Finalmente, los relatos contenidos en estas páginas son un recorrido testimonial de la vivencia de las niñas y de las mujeres de esa época, y de los usos y costumbres de un pueblo que se transformó, febrilmente, en una ciudad llena de problemáticas sociales, en donde las huellas del pasado han sido destruidas para dar paso a una modernidad agresiva que sólo pareciera tener como horizonte el olvido de lo que fue...Es también la mirada de una joven y valiente enfermera, testigo en primera línea del nacimiento de la "nueva medicina", y de la muerte y la violencia de los años ochenta, producto de la descomposición de una sociedad permeada por el narcotráfico y el terrorismo. Finalmente, los relatos contenidos en estas páginas son un recorrido testimonial de la vivencia de las niñas y de las mujeres de esa época, y de los usos y costumbres de un pueblo que se transformó, febrilmente, en una ciudad llena de problemáticas sociales, en donde las huellas del pasado han sido destruidas para dar paso a una modernidad agresiva que sólo pareciera tener como horizonte el olvido de lo que fue...Finalmente, los relatos contenidos en estas páginas son un recorrido testimonial de la vivencia de las niñas y de las mujeres de esa época, y de los usos y costumbres de un pueblo que se transformó, febrilmente, en una ciudad llena de problemáticas sociales, en donde las huellas del pasado han sido destruidas para dar paso a una modernidad agresiva que sólo pareciera tener como horizonte el olvido de lo que fue...