El muchacho casi atropellado es una historia de Amor, así, con mayúscula. Del amor apasionado, del amor ciego, inevitable e incomprensible, inabordable, intratable. Pero también del amor de amistad, sincero, honesto, cómplice, que no conoce de prejuicios ni de recelos, sino de generosidad, apoyo, compañía, nos hace ver otros mundos o nos enseña a ver el mundo con otros ojos, sin pedir nada a cambio. El amor verdadero acepta la diferencia, es tolerante y es más fuerte que el rencor, que los recelos, que el dolor.Un muchacho empieza a escribir, casi a regañadientes, un diario con el que espera redimirse de la depresión por una pérdida inconsolable. Y poco a poco comienza a recuperar su vida, gracias a la aparición inesperada de un grupo de amigos que le animan a atreverse a creer en sus sentimientos y a no sentirse más atropellado por la vida. Y también llega el amor, con sus luces y sombras, y sus modos misteriosos e insondables. Y con él todos logran superar miedos y traumas, porque el amor es más fuerte que todo, más fuerte incluso, que la muerte.