Las personas bondadosas viven más tiempo, tienen más éxito en sus vidas y son más felices que el resto. En otras palabras, están destinadas a vivir de una manera mucho más interesante y satisfactoria que quienes carecen de esta cualidad... Sin embargo, la eficacia y la rentabilidad priman hoy por encima de la bondad; las relaciones humanas son cada vez más apresuradas e impersonales. Todo ello tiene un grave coste que se manifiesta como ansiedad...