El mundo de hoy, más que antes, parece un pequeño barco de papel que se deja a la deriva en un inmensurable río lleno de corrientes e innumerables depredadores acuáticos. La economía es este barco, ajeno a todas estas luchas sociales y políticas de este río que llamamos vida humana, pero que irremediablemente se ve arrastrado por todas estas prácticas sociales y emociones humanas, que poco a poco, dentro de las ambiciones y los egoísmos, dentro de la filantropía y la responsabilidad social, va sorteando valientemente las aguas para llegar a ese puerto tan anhelado por todos, llamado calidad de vida global. ¿Por qué el mundo de hoyes tan complejo? ¿Por qué ya ni los poetas o los científicos sociales pueden encontrar palabras para expresar fácilmente el fenómeno económico? ¿Por qué, por qué y por qué? Pero hay muchas preguntas y pocas respuestas; una de ellas y tal vez la más comúnmente aceptada para explicar el fenómeno económico es la teoría de mercado, particularmente la de competencia perfecta; pero el mundo no es perfecto y la misma es solo eso.