revaluar el reconocimiento de los derechos fundamentales de quienes como internos habitan las instituciones de reclusión, supone adentrarse en un universo que, como el penitenciario, presenta rasgos en ocasiones obscenos y constituyen la aventura de penetrar en una auténtica zona de no derecho (). Muy pronto el autor aquí presentado entendió que una reevaluación semejante no proviene (sólo) de una actitud progresista, sino del cumplimiento de uno...