Convencidos de que la felicidad radica en lo extraordinario, aspiramos siempre a algo más. Una casa más grande. Una talla menos. Una profesión más interesante. Una relación más arrebatadora. Lejos de aportarnos felicidad, ese constante anhelo de cotas más altas nos sume en la tristeza y la ansiedad. ¿La respuesta? Descubrir el encanto de las cosas cotidianas....