Se dice que antes de que una civilización o una humanidad desaparezca, los individuos más conscientes, los sabios, tratan de dejar para la posteridad un registro de los conocimientos que han alcanzado. Pues bien, el tarot sería exactamente eso, el legado de una civilización desaparecida hace ya mucho tiempo. Y entre todas las teorías e hipótesis todas ellas cargadas de romanticismo y misterio algunos han concluido que se trata de un legado atlante, que encontró su camino hacia nosotros a través del antiguo Egipto. Dejándose llevar por esta sugestiva posibilidad, el artista Guillermo D. Elizarrarás ha sabido plasmar en las llamativas imágenes de esta baraja toda la magia y todo el esplendor de la antigua civilización egipcia. Son diseños inspiradores que evocan el mundo simbólico y mágico del desierto y las pirámides que te invitarán a sumergirte en el universo de los sueños y las profecías.