Khai Diep no siente emociones. Para ser más exactos, siente irritabilidad cuando alguien mueve sus cosas de sitio, o satisfacción cuando los libros de contabilidad cuadran hasta el último céntimo, pero no emociones importantes, como dolor o amor. Está convencido de que, en cierto modo, hay algo «defectuoso» en él, aunque su familia sabe que, en realidad, su autismo hace que procese las emociones de manera diferente. Pero cuando Khai rechaza siste...