La no adaptación de los individuos unos con otros y con su entorno provoca la posibilidad permanente del exceso, un encuentro de fuerzas donde el poder inventa su campo. El tríptico del poder muestra su ejercicio como una reacción a lo irreconciliable, a lo irresoluble, presente en el cruce de la pulsión, el deseo y la cultura: zona de sombras donde los límites de la subjetividad, a pesar de los buenos oficios de la retórica cultural, se tornan b...