Si te come un lobo te encuentras en su panza, ningún cazador va a venir a sacarte abriéndolo de arriba abajo con un cuchillo, ningún leñador va a dejar de tirar un árbol para darle un hachazo al lobo. Eso lo escribió Charles Perrault en el siglo XVII como lo confirme el poeta Juan Domingo Argüel les en este libro que muy bien ha titulado En la boca del lobo. Para llegar a abuelitas, las niñas del mundo entero tienen que cuidarse. Los lobos están ...