La abuela de Alexandra comienza a olvidarse de todo y su familia piensa que, como la niña tiene doce años, no va a entender qué está pasando; por ello, comienzan a ocultarle la verdad o a disfrazarla. Al principio a Alexandra le divierten las transgresiones de su abuela a las normas sociales, pero pronto comienza a preguntarse si ese comportamiento es una manera de resistirse a envejecer o una enfermedad. A medida que el trastorno avanza y la abuela se sumerge en las profundidades de su laguna, la niña se propone que la abuela no olvide quién era: le muestra fotografías y le cuenta anécdotas de su vida pasada que ha oído de sus padres. El amor que une a nieta y abuela hará posible la comunicación entre ellas. A medida que el trastorno avanza y la abuela se sumerge en las profundidades de su laguna, la niña se propone que la abuela no olvide quién era: le muestra fotografías y le cuenta anécdotas de su vida pasada que ha oído de sus padres. El amor que une a nieta y abuela hará posible la comunicación entre ellas.