Julián Castillo quiere retornar desnudas sus palabras al seno de tierra. Por ello indaga, a través de la lengua chibcha, cuál era su forma original, su misión y su música. Se sumerge también en otros océanos (Shakespeare, Shelley, Kipling, Poe, Whitman) al intentar desde la versión del inglés, un acorde, un ritmo. Una transposición tanto de sonido como de sentido.