Montaigne es nuestro contemporáneo por muchas razones. Su estilo se nos muestra tranquilo, ligero y espontáneo, cercano a la oralidad, procurando reflejar la naturaleza de la conversación cotidiana: algo desordenada, sin rumbo fijo, entre agraciada y risueña; no en vano este ensayista descreyó de las preceptivas, que prefería más bien pasar por alto […]. La tradición literaria universal ubica con justicia a Montaigne como el padre del ensayo, el ...