El miedo se generalizó en el mundo en el momento de la irrupción del terrorismo global. Sin embargo, el terrorismo sectario de los fundamentalistas islámicos no existe sin su contraparte: el terrorismo de Estado. A partir del 11 de septiembre de 2001, al contemplar la aparatosa caída de las Torres Gemelas, el autor se plantea la necesidad de llevar la reflexión a un nivel distinto: había que entender las motivaciones y los mecanismos del suicidio terrorista. La búsqueda lo llevaría a la India, donde había conocido la espiral de la violencia terrorista de fundamento religioso.La geopolítica del terror lleva al último de los imperios, Estados Unidos, a dos guerras coloniales: Afganistán e Iraq. Había que comprender también las motivaciones de los terroristas de Estado contemporáneos, con George W. Bush a la cabeza, y los mecanismos de la guerra imperial del capitalismo tardío. Para México, la inesperada coyuntura implicaba una revisión de su política exterior en profundidad. Y para acceder al diseño estratégico de las relaciones de México con el planeta en la era del terror era imprescindible cuestionar los mitos de su política exterior.La geopolítica del terror lleva al último de los imperios, Estados Unidos, a dos guerras coloniales: Afganistán e Iraq. Había que comprender también las motivaciones de los terroristas de Estado contemporáneos, con George W. Bush a la cabeza, y los mecanismos de la guerra imperial del capitalismo tardío. Para México, la inesperada coyuntura implicaba una revisión de su política exterior en profundidad. Y para acceder al diseño estratégico de las relaciones de México con el planeta en la era del terror era imprescindible cuestionar los mitos de su política exterior.