Américo Castro y Marcel Bataillon se conocieron en el verano de 1919. El primero era ya una figura relevante del Centro deEstudios Históricos, y el segundo, un joven estudiante. Aquella distancia inicial quedó anulada en la cortesía y el respeto de una relación queiba a durar toda una vida. Una vida y un futuro que, en el c aso de Castro, iban a quedar truncados por la Guerra Civil. De la radical experienciadel exilio Castro supo hacer el centro ...