La vida y la muerte se entrelazan de manera tan estrecha que muchas veces nos es imposible adivinar donde termina una y donde comienza la otra. Existimos con la premisa de existir y allá vamos, jugando todas las cartas del mazo hasta que de pronto entendemos que no todo es tan claro, que algunas veces no todo es lo que la luz refleja. Porque la distancia entre luz y sombra puede ser tan corta como alcanzar el interruptor y, cuando lo alcanzamos, ...