Hablar con los hijos de las cosas cotidianas es fácil, pero plantear respuestas de preguntas que tocan la intimidad, que cuestionan la vida relacional de los padres, que desvelan los misterios y tabúes de tantos años, es un trabajo no tanto arduo, como incómodo para hacer frente en un clima dialogal.Los padres olvidan con cierta frecuencia que sus hijos están en permanente crecimiento y que por lo tanto en cada momento surgen preguntas de acuerdo...