La formación para la construcción personal del niño en edad preescolar, pensada desde la pedagogía de la singularidad, alude al ejercicio docente desde una visión que supera la mera transmisión de conocimientos. Por tanto, constata que el docente incide permanentemente en la formación para la construcción personal. En ese sentido, la pertinencia del tema se potencia no sólo por lo que los interesados en la actividad pedagógica puedan reflexionar, en cuanto al rol en su práctica, sino que, a la vez, se bifurca en dos campos de lo singular que están en interjuego: el del docente y el del niño en edad preescolar. La revisión de algunas formalizaciones del tema pone de presente la confluencia de distintos factores en el proceso de construcción personal y cómo esto revelo la cantidad de subprocesos que interactúan. Así, el desarrollo psicosocial del preescolar, los efectos de las prácticas del docente, la singularidad de uno y otro, el ideal sociocultural de lo que es una persona social, las particularidades psicoafectivas del niño en edad preescolar, el pedido institucional del rol del formador, llegan a revelar que la multiplicidad y complejidad son cualidades de la formación para la construcción personal.La revisión de algunas formalizaciones del tema pone de presente la confluencia de distintos factores en el proceso de construcción personal y cómo esto revelo la cantidad de subprocesos que interactúan. Así, el desarrollo psicosocial del preescolar, los efectos de las prácticas del docente, la singularidad de uno y otro, el ideal sociocultural de lo que es una persona social, las particularidades psicoafectivas del niño en edad preescolar, el pedido institucional del rol del formador, llegan a revelar que la multiplicidad y complejidad son cualidades de la formación para la construcción personal.