Rara vez hablamos de la muerte. Ante todo, es un asunto privado y más vale dejar tranquilos a los que han partido de este mundo. No tenemos autoridad para introducirnos en los asuntos de quienes han sido alcanzados por la muerte. Pensar y recrear los recuerdos al lado de nuestros muertos, es algo que debe evitarse. No es saludable para los deudos ni para la sociedad permanecer anclados en el pasado. Un tiempo ya transcurrido, debe ser abandonado....