Desde el más humilde campesino, obligado a cultivar unas míseras aruras de tierra, hasta los sacerdotes, encargados de realizar ofrendas en los templos, pasando por las mujeres, dedicadas a criar su numerosa prole de ruidosos y desnudos chiquillos, todos en el valle del Nilo formaron parte, encabezados por el faraón, de ese complejo rompecabezas que fue la sociedad faraónica. A ellos y a las relaciones que establecieron entre sí le debemos, entr...