Hace cien años el jazz era sólo una oscura forma de música callejera que empezaba a florecer en Nueva Orleáns, ciudad portuaria situada en el golfo de México. No se trataba de un fenómeno peculiar, pues casi todas las ciudades con puertos importantes tenían su propia música entonces, aunque fue el jazz -y no el tango, la habanera, el fado o el flamenco- el que creció y evolucion&oacut...