Hamlet, como el resto de la obra esencial de Shakespeare, retoma lo trascendente de la cultura de la antigüedad pero está estructurada con la libertad y la apertura de horizontes del hombre del Renacimiento que inaugura la modernidad: el escenario ya no sólo representa el mundo inmóvil del mito, de la ideología y de la sumisión al poder, sino que los cuestiona. Escrita hacia 1602 cuando Shakespeare tenía treinta y ocho años, catorce antes d...